학술논문

Niveles de ansiedad y depresión en los fumadores que acuden a una consulta de deshabituación tabáquica y factores relacionados
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Spanish
Abstract
Se sabe que los fumadores tienen más riesgo de desarrollar un trastorno mental que aquellos que no fuman, presentando según algunas series niveles más elevados de ansiedad y depresión de forma basal. Incluso el propio intento de abandono o la reducción del número de cigarrillos podría determinar un mayor riesgo de aparición de un episodio depresivo mayor. Sin embargo, lo que sucede tras un periodo más o menos largo de abstinencia con la sintomatología ansiosodepresiva no está del todo esclarecido. Además, existe una clara asociación entre tabaquismo y enfermedad mental, con una prevalencia de tabaquismo que alcanza más del doble que la población general. Esta circunstancia se relaciona con un mayor riesgo de recaídas, peores tasas de abandono y sintomatología de abstinencia más severa, suponiendo un importante reto en una consulta de deshabituación tabáquica. Por otro lado, se dispone de evidencia suficiente acerca de la utilidad de los fármacos de primera línea para el abandono del tabaco (terapia sustitutiva con nicotina (TSN), Bupropion y Varenicline) en pacientes sanos, aunque la evidencia en psiquiátricos es más limitada ya que se excluyeron de los estudios de comercialización. Sin embargo, existen ciertas cautelas en su empleo en relación a la posibilidad de un mayor riesgo de efectos neuropsiquiátricos graves en pacientes con y sin antecedentes psiquiátricos, circunstancia que no está del todo aclarada en la literatura y que ha conllevado la inclusión de una alerta negra en las cajas de los dos medicamentos por la US Food and Drug Administration (FDA). Aunque no existe contraindicación para el empleo de estos fármacos en pacientes psiquiátricos, la monitorización estrecha debería ser la norma. En base a lo anterior, se pretendió valorar la influencia de un programa de abandono del tabaco llevado a cabo en una unidad secundaria hospitalaria de deshabituación tabáquica en el estado emocional de los pacientes mediante la medición de los niveles de ansiedad/depresión a lo largo del mismo y las posibles diferencias en función de la presencia de antecedentes psiquiátricos. Para ello, se llevó a cabo un estudio de cohortes observacional, longitudinal y prospectivo, de la práctica clínica habitual, con inclusión consecutiva de pacientes que acudieron a la Unidad de Deshabituación Tabáquica del Hospital Universitario Virgen Macarena para dejar de fumar entre marzo 2011 y octubre de 2012. Se incluyeron a todos los fumadores mayores de edad con un consumo acumulado > 10 paquetes/año que aceptaron participar en el programa de abandono. Se excluyeron mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, personas tratadas exclusivamente con parches de nicotina, que no comprendieran las indicaciones del cuestionario de ansiedad/depresión que se utilizó o que rechazaran participar en el estudio. Se llevó a cabo un programa de tratamiento farmacológico y de tipo cognitivo-conductual de 5 visitas (basal, a los 15 días, primer, segundo y tercer mes). La pauta de tratamiento fue de 150 ó 300 mg para Bupropion y de 1 mg/12 horas para Varenicline (previa titulación) con una duración de 8 semanas en los dos casos. El tratamiento se indicó en todos los casos por el mismo neumólogo que decidió la medicación en función de las características de cada paciente (antecedentes psiquiátricos, toma de medicación concomitante, intentos previos, preferencias del paciente y costo). Se valoraron los síntomas de ansiedad y depresión mediante el empleo de la escala hospitalaria de ansiedad y depresión (HADS). Esta medición se llevó a cabo tanto en la visita basal como 1er y 3er mes del seguimiento. De la misma manera se comprobó abstinencia mediante cooximetría y entrevista clínica. Todos los casos en los que no se pudo constatar la abstinencia (imposibilidad de contactar y o medir CO) fueron considerados como recaídas. Finalmente se incluyó un población de 678 fumadores. La prevalencia de patología psiquiátrica en nuestra consulta fue de 13,4%. La puntuación media basal de la población general fue de 9,2 ± 4,6 puntos para ansiedad y de 5,5 ± 4,1 para depresión. Se constató una caída significativa de la puntuación total en cada una de las subescalas del HADS (ansiedad y depresión) a lo largo de los 3 meses de programa. En el grupo de pacientes psiquiátricos, aunque las puntuaciones basales del HADS fueron significativamente mayores en ambas subescalas que las obtenidas por los no psiquiátricos (ansiedad basal 11,3 ± 4,5; depresión basal 7,4 ± 4,8), éstas también descendieron de forma significativa a lo largo del seguimiento. De forma similar se comportaron los pacientes al analizar subgrupos de tratamiento (Bupropion: ansiedad basal 8,9 ± 4,6; depresión basal 5,3 ± 4 / Varenicline: ansiedad basal 9,6 ± 4,7; depresión basal 5,8 ± 4,3). La puntuación obtenida en el cuestionario para valoración del síndrome de abstinencia a los 15 días del inicio del programa fue de intensidad moderada (Población total 1,9 ± 1,1, Psiquiátricos 2,1 ± 0,9), pero con disminución progresiva y significativa a lo largo del programa. Los resultados del programa fueron bastante buenos en general, encontrándose una tasa de abstinencia a corto plazo (3 meses) del 58,5%, discretamente inferior en el grupo de pacientes psiquiátricos (53,2%). Por fármacos fue del 60,8% para Bupropion y del 55% para Varenicline. No encontramos diferencias en los niveles basales de ansiedad y depresión entre los pacientes que dejaron de fumar y los que no en ninguno de los grupos (Abstinencia población total: ansiedad 9,2 ± 4,7, depresión 5,5 ± 4,1; Recaída población total: ansiedad 9,5 ± 4,8, depresión 5,8 ± 4 / Abstinencia psiquiátricos: ansiedad 11,7 ± 4,4, depresión 7,5 ± 4,8; Recaída psiquiátricos: ansiedad 11,1 ± 4,6; depresión 7 ± 4,2). Los efectos adversos más frecuentemente presentados de forma global fueron nerviosismo (36,2%), náuseas (22%), insomnio (18,9%) y sequedad de boca (12,1%). El resto de efectos adversos se registró en un porcentaje muy bajo. La mayoría fueron leves y de aparición precoz. La incidencia de efectos secundarios graves fue excepcional y sólo se describió para pesadillas (7%), insomnio (3,3%), alteraciones del ánimo (3%), nerviosismo (1%) y sequedad de boca (0,8%). En ningún caso fue necesaria la retirada del fármaco. En conclusión, los fumadores que acudieron a consulta para dejar de fumar presentaron niveles de ansiedad moderadamente altos. Los pacientes psiquiátricos, que suponen un 13,4% de la muestra, presentaron niveles basales de ansiedad aún más elevados. Aún así, los niveles de ansiedad y depresión evolucionaron de forma favorable a lo largo del programa en aquellos que completaron el seguimiento, tanto en la población general como en los pacientes psiquiátricos. El síndrome de abstinencia mejoró también de forma progresiva. Los fármacos fueron bien tolerados, con efectos secundarios leves y autolimitados y con un porcentaje de éxito elevado, incluso en población psiquiátrica, con una tasa de abstinencia similar a la de la población general.